Un blog de María Marín, coordinadora de proyectos en Altekio
Gracias a las aportaciones de los feminismos y ecofeminismos en el marco de los cuidados se empieza a hablar, también en el ámbito organizacional -especialmente en los movimientos sociales y en la economía social y solidaria-, de la importancia de poner la vida en el centro; de visibilizar, revalorizar y distribuir los cuidados que sostienen la vida.
Cuando trabajamos con entidades del tercer sector y organizaciones sociales cuyos objetivos se relacionan directamente con la búsqueda de la justicia ecosocial y la lucha contra las estructuras que oprimen y destruyen la vida, nos encontramos, con mucha frecuencia, organizaciones donde las personas que ponen su trabajo al servicio de las mismas están desbordadas, con altos niveles de estrés y de ansiedad. A nosotras también nos pasa.
Parece que parte de la lógica imperante en la actualidad también gobierna en aquellas organizaciones que trabajamos en transformarla. Está metida en nuestras entrañas, al igual que lo están otras opresiones y violencias estructurales que queremos desarmar.
Pero; ¿Podemos enfrentar esta crisis desde las propias lógicas que la han generado?
Para poner los cuidados en el centro de las organizaciones, hay que hacer, por lo tanto, un trabajo consciente de deconstrucción personal y colectiva de nuestro sistema profundo de creencias y valores. Además, debemos construir colectivamente estas nuevas estructuras, modelos y formas de hacer que nos cuiden.
En los últimos años vivimos con esperanza el hecho de que cada vez somos más los colectivos que queremos mejorar nuestras prácticas internas, para generar un ambiente de trabajo y de activismo sin violencias, donde los cuidados sean una prioridad y generar espacios seguros y más “sabrosos”, un concepto que hemos aprendido de la filosofía “vivir sabroso” de las comunidades afrocolombianas.
Existen diferentes iniciativas que abordan de manera directa este tema y que recogen experiencias y aprendizajes que pueden servirnos de apoyo cuando decidimos emprender este viaje. Algunos proyectos en los que hemos participado, son por ejemplo, “Viajando por lo invisible” de Mugarik Gabe y la Guía de Corresponsabilidad del proyecto Mares Madrid. En esta misma dirección, desde Altekio hemos desarrollado en el marco de un proyecto Europeo la Guía Gate Process. Una guía para apoyar a las organizaciones a incorporar una mirada feminista en sus prácticas internas.
Es difícil sumar este trabajo de transformar nuestras prácticas a nuestras ya desbordadas agendas y el trabajo de cuidados, aunque lo consideremos importante, no termina de parecer urgente. No hay un deadline, no hay un cliente o persona beneficiaria esperando nuestra acción en esta dirección. Decidir trabajar para poner los cuidados en el centro de nuestra organización debe ser, por lo tanto, una decisión consciente y planificada.
No olvidemos que planificar las mejoras en el ámbito de los cuidados requiere de tiempo y de esfuerzo, por lo que es un trabajo que también debe ser reconocido, distribuido y valorizado.
En Altekio continuamos este viaje que emprendimos hace bastantes años y acompañamos estos procesos en otras organizaciones desde la perspectiva de la facilitación de grupos (somos parte del IIFACE). La facilitación nos aporta una mirada amplia para mejorar el funcionamiento grupal, y herramientas concretas para acompañar a los grupos en sus procesos de transformación colectiva para poner la vida en el centro.
Creemos que los cuidados abarcan todas las dimensiones de la estructura organizativa. Es un trabajo aparentemente infinito, pero no por ello debemos dejar de emprender el camino, pues cada paso cuenta.
Recomendamos indagar las prioridades en materia de cuidados con el propio grupo y que el proceso de transformación sea lo más participado posible. Es importante el resultado, las decisiones y los cambios que tomemos, pero casi más importante es el proceso, poner las conversaciones importantes encima de la mesa, los aprendizajes fruto del compartir, del pensar colectivamente.
Algunos de los ámbitos por los que podemos empezar a trabajar para abordar esta tarea son:
- Trabajos reproductivos y tareas no visibilizadas, remuneradas o valorizadas.
- Las violencias y “microviolencias”.
- La gestión y transformación de los conflictos.
- Los espacios de celebración y cohesión.
- Las condiciones laborales.
- La sobrecarga y el estrés.
- Conciliación con los trabajos de cuidados fuera del colectivo/organización.
- Cuidado de los procesos internos. Gestión del poder.
- Nuestros privilegios individuales y colectivos.
- Gestión de la diversidad interna y de la falta de diversidad.
El camino puede ser lento y complejo, a veces difícil, pero parece que además de importante es urgente empezar a recorrerlo. Quizás sea la forma más útil de combatir esta crisis ecosocial.