Un blog de Laura Lucio, coordinadora de proyectos de Altekio.
Desde tiempos antiguos, las personas han buscado maneras de relacionarse con el futuro y encontrar orientación en medio de la incertidumbre. Lanzar runas talladas en hueso o piedra, leer las cartas del tarot o interpretar el movimiento del agua, las entrañas de los animales o las hojas de coca han sido formas de intentar descifrar lo que el futuro nos tiene preparado.
En muchas culturas, los oráculos no han sido simples herramientas para adivinar, sino espacios de interpretación colectiva. Acudir a ellos es reconocer que el futuro no está escrito: puede leerse, imaginarse y transformarse. Más que ofrecer destinos fijos, los oráculos ofrecen preguntas, sugieren posibilidades y ayudan a tomar decisiones conscientes. Son brújulas simbólicas para orientarse en tiempos complejos.
Desde esta mirada, la prospectiva es una especie de oráculo contemporáneo. No busca decirnos qué va a ocurrir, sino ampliar nuestra mirada, ayudarnos a identificar tendencias, imaginar alternativas y reflexionar sobre sus implicaciones. Es una herramienta que hace del futuro un espacio para pensar y, sobre todo, para actuar.
La prospectiva como herramienta para sostener la acción
La prospectiva parte de una idea esencial: no existe un único futuro posible. A través de metodologías participativas y análisis sistémicos, nos invita a explorar múltiples futuros, algunos más deseables que otros, pero todos útiles para orientar las decisiones del presente. Nos permite navegar la incertidumbre con más consciencia, más capacidad de respuesta y más sentido colectivo.
En el actual contexto de crisis eco-social (donde la ecoansiedad y la desesperanza pueden paralizarnos) la prospectiva actúa como un recordatorio poderoso: el futuro está en construcción. Lo que hacemos, las conversaciones que abrimos y los vínculos que cuidamos son semillas de transformación. La prospectiva nos anima a imaginar alternativas deseables, a ejercitar la mente utópica y a generar imágenes ilusionantes que contrarresten con la distopía que nos rodea.

En Altekio trabajamos con comunidades, organizaciones y territorios que desean avanzar hacia escenarios más justos y regenerativos. La prospectiva nos ayuda a preguntarnos colectivamente hacia dónde queremos ir y qué cambios necesitamos activar para acercarnos a ese horizonte. También nos permite construir relatos que sostienen la esperanza y refuerzan la responsabilidad compartida: el futuro se teje entre todas y todos.
Escenarios de futuro: brújulas para tiempos inciertos
Los escenarios de futuro son una de las herramientas más potentes de la prospectiva. Permiten explorar cómo podría evolucionar un sistema, un territorio, una organización o incluso una sociedad en un horizonte temporal concreto. No son predicciones ni extrapolaciones del presente, sino relatos plausibles, consistentes y significativos que ensanchan el campo de lo posible [1].
En Altekio trabajamos con diversas metodologías para construirlos:
- Metodología de 2 ejes. Una de las aproximaciones más extendidas consiste en crear una matriz 2×2 a partir de dos ejes clave definidos por impulsores de cambio. Cada cuadrante representa un futuro posible. Aunque algunos escenarios puedan parecer más probables que otros, todos ofrecen elementos útiles para anticipar, reflexionar y prepararnos.
- Narrativas abreviadas para construir escenarios. Otra forma de trabajar escenarios consiste en partir de narrativas ya construidas para cierto contexto o escala, y trasladarlas a nuevas realidades. Esto permite explorar cómo se transforman los escenarios cuando los miramos desde otros territorios, otras organizaciones, o desde temas específicos relevantes para una comunidad.
- Metodología de los Tres Horizontes. Cuando lo que necesitamos es abrir espacio para soñar sin acotar demasiado la imaginación, utilizamos la metodología de Tres Horizontes. Es especialmente útil para construir escenarios colectivos que no pierdan de vista la audacia de lo posible. Este enfoque distingue entre:
- el horizonte 1, que describe el funcionamiento actual;
- el horizonte 2, donde emergen innovaciones y transiciones;
- el horizonte 3, que representa la visión deseada.
- Del futuro al presente: la técnica del backcasting. Una vez creados los escenarios, llega un momento crucial, volver al presente con preguntas nuevas. El backcasting nos ayuda a identificar qué acciones, decisiones y estrategias necesitamos activar hoy para acercarnos a los escenarios deseables y evitar los no deseables. Es la manera de convertir una visión de futuro en una hoja de ruta.

Oráculo comunitario

En el Llaboratoriu de Utopíes Comunitaries: El Futuro Entama Equí, impulsado por Altekio y La Benéfica de Piloña, en el marco de Imagining Just Climate Futures, exploramos, de la mano de Raposu Roxu, una herramienta poética y poderosa: el oráculo comunitario.
Creado a partir de las visiones de futuro soñadas colectivamente en un taller participativo, este oráculo funciona como un disparador de conversaciones, decisiones y acciones. Puede usarse en espacios educativos, colectivos o personales. Cada carta invita a mirar con honestidad dónde estamos, hacia dónde nos movemos y qué gestos cotidianos nos acercan o nos alejan de los futuros que deseamos.
Es una manera de recuperar la dimensión simbólica del futuro, conectándola con la práctica cotidiana y la imaginación colectiva.
El futuro no se adivina: se construye
La prospectiva, los escenarios y los oráculos comunitarios no ofrecen certezas, buscan abrir preguntas, iluminar caminos y fortalecer nuestras capacidades de anticipación, reflexión y decisión.
Nos recuerdan algo fundamental: el futuro no es un destino inevitable, sino un territorio que se crea entre muchas manos.
El futuro no está escrito: el futuro entama equí.
