Un blog de Javier Fernández Ramos y Marta López Abril, coordinadoras de proyectos en Altekio
¿Qué son los conflictos ambientales?
Los conflictos ambientales surgen cuando hay disputas sobre el acceso, uso, gestión o conservación de los recursos naturales. Estos pueden involucrar a comunidades locales, empresas, gobiernos y organizaciones de la sociedad civil, cada cual con intereses y valores distintos.
Estos conflictos no son sólo ecológicos: también son sociales. Reflejan desigualdades en la distribución de los beneficios y costos de las actividades económicas, así como diferencias en la forma en que distintos actores entienden y valoran la naturaleza.
Las causas de los conflictos ambientales son variadas, pero algunas de las más comunes incluyen:
- Intereses contrapuestos: diferentes actores tienen visiones opuestas sobre cómo deben utilizarse los recursos naturales.
- Desigualdades socioeconómicas: las comunidades locales no reciben beneficios justos de los proyectos que afectan su territorio.
- Falta de participación ciudadana: las decisiones sobre políticas ambientales se toman sin la consulta y el consentimiento de las comunidades afectadas.
- Impactos ambientales negativos: como la contaminación o la pérdida de biodiversidad, entre otros, que se generan como resultado de actividades económicas y que afectan de forma desigual a las poblaciones.
De los conflictos al diálogo: una oportunidad para hacer sociedad
Más allá de sus aspectos negativos, algunos tipos de conflictos ambientales pueden abrir espacios para la cooperación y el fortalecimiento de la democracia. En muchos casos, han sido estos conflictos los que han impulsado procesos de diálogo entre actores que han logrado encontrar puntos de encuentro y, por ende, llegar a acuerdos. También han impulsado mejoras en las políticas públicas, haciéndolas más inclusivas y teniendo una mejor acogida para su efectiva implementación.
Por estas experiencias, defendemos que este proceso de encuentro, escucha y construcción de alternativas en torno a un problema socioambiental constituye un laboratorio de innovación democrática, en el que se profundiza en los valores y principios de la democracia.
Es importante tener presente que este tipo de conflictos son muy complejos. No se acaban con soluciones simples, rápidas o lineales; por ello,un abordaje multidimensional y multisectorial de estos contextos es clave. De hecho, las directrices de la UICN son claras a este respecto y establecen que se necesitan esfuerzos sostenidos y colaborativos.

¿Cómo pueden los conflictos ambientales fortalecer la democracia y las relaciones sociales?
- Fomentan la participación ciudadana: las comunidades afectadas participan del diseño de las políticas públicas y se desarrolla con mayor transparencia la toma de decisiones.
- Impulsan soluciones innovadoras: la búsqueda de consensos motiva la creación de nuevas estrategias de gestión; se produce una corresponsabilidad en esta búsqueda de soluciones conjuntas.
- Promueven el diálogo y la negociación: a través de la mediación y la facilitación, los conflictos pueden derivar en acuerdos más equitativos y duraderos.
- Generan conciencia ambiental: al visibilizar los impactos de ciertos proyectos, los conflictos pueden contribuir a un mayor compromiso social con la protección de los ecosistemas.
¿Cómo garantizar que los espacios de mediación y transformación de los conflictos ambientales sean oportunidad y motor de cambio social y ambiental?
- Disponiendo de espacios adecuados, tiempo y recursos suficientes.
- Procurando la participación de todos los agentes implicados de forma directa en el conflicto.
- Generando espacios seguros de diálogo, que garanticen la participación de todas las voces y equilibren el poder.
- Asegurando que todas las partes puedan expresar sus posiciones y, sobre todo, sus intereses y necesidades.
- Aportando información fidedigna generada por distintas fuentes, además de la puramente científica, valorando así otras formas de conocimiento veraz.
- Definiendo claramente el alcance del proceso.
- Especificando que los resultados de los espacios de deliberación y toma de decisiones sean vinculantes.
- Logrando el compromiso genuino de las administraciones o entidades que tienen agencia y pueden llevar a cabo las medidas propuestas.
Adentrándonos en un conflicto ambiental: el Lobo y la ganadería extensiva; del conflicto a la coexistencia
Escribimos este blog aunando la experiencia de varios años trabajando en diversos conflictos ambientales, con los aprendizajes del último proyecto de mediación social para la coexistencia entre lobo y ganadería en Alava (financiado por la “Iniciativa humanidad y fauna silvestre” de la Fundación Príncipe Alberto II de Mónaco y el Observatorio Grupo Campo Grande), pues es un conflicto complejo, vivo y del que se están extrayendo conclusiones muy potentes.
Para resumir (mucho) este conflicto podemos decir que, de una parte, la presencia de lobo implica una amenaza hacia el ganado que se pastorea en extensivo (que puede verse atacado), generando así pérdidas económicas y una sensación de inseguridad en las comunidades rurales. Pero, al mismo tiempo, el lobo es un actor clave para el equilibrio ecológico y contribuye a la biodiversidad.
La ganadería extensiva (que normalmente es un sector frágil y precarizado) y las formas tradicionales de manejo del paisaje rural configuran también un valor fundamental: fijan población rural, apoyan la mitigación del cambio climático, generan alimentos de calidad, etc.



Ante los retos y dificultades que implica mantener y preservar tanto la biodiversidad como las formas de vida tradicionales, lo que se está desarrollando son numerosas iniciativas que apuntan a que la coexistencia entre las actividades rurales y los grandes carnívoros puede ser posible: medidas de prevención, sistemas de compensación de daño, formas innovadoras de manejo, etc.
Además, es importante visibilizar que existen espacios de diálogo y trabajo conjunto entre los diferentes sectores:
- A nivel Europeo está la Plataforma de la UE sobre la coexistencia entre personas y grandes carnívoros, que ha ido implementando mesas de diálogo locales entre diferentes sectores para generar acuerdos en las políticas.
- A nivel estatal, hay una iniciativa pionera, el Observatorio Campo Grande, que nació como un grupo de reflexión compuesto por personas de diferentes ámbitos y entidades relacionadas con el conflicto a nivel estatal, que tienen posturas y enfoques diferentes y, entre otras cosas, fueron capaces de consensuar la declaración Campo Grande para la coexistencia del lobo y la ganadería extensiva.
Para profundizar un poco más, compartimos por aquí algunos materiales que hemos desarrollado en torno a los conflictos ambientales:
- Herramientas de buenas prácticas para la facilitación y mediación de conflictos medioambientales (en inglés)
- Un enfoque transformador de la mediación en conflictos medioambientales: de los puntos de entrada a los de salida (en inglés)
- La mirada mediadora en los conflictos ambientales. Cuaderno Entretantos, nº 10.
Javier Fernández Ramos y Marta López Abril